lunes, 10 de enero de 2011

EL FUNCIONAMIENTO COGNITIVO DEL NIÑO HIPERACTIVO

El funcionamiento cognitivo del niño hiperactivo

            La atención necesaria porque procesar la información que recibimos del entorno es un proceso lento, secuenciado y que requiere esfuerzo.

            La conducta desatenta del niño  hiperactivo tiene un origen cognitivo. Las últimas investigaciones tratan de determinar el perfil de atención de los niños hiperactivos con el fin de elaborar programas de intervención más específicos.

            En la actualidad, parece que la mayoría de los autores se inclinan por afirmar que los niños hiperactivos no tienen una menor capacidad de atención que los niños  normales (Schachar y Logan, 1990), sino que estos niños difieren en la forma en que focalizan y dirigen su atención. No se trataría tanto de un déficit de atención en sí  mismo como de una disfunción de la atención (Raine y Jones, 1987; Cabanyes y Polaino-Lorente, 1997b).

Es importante, por tanto, elaborar un perfil individualizado de las alteraciones cognitivas específicas e individuales de cada niño hiperactivo.

Con fines de orientación diagnóstica, presentamos a continuación, algunas de las dificultades atencionales que, con mayor frecuencia, se observan.

a) Dificultad en la atención controlada frente a la automática

            Para entender las dificultades de atención del niño hiperactivo tenemos que distinguir entre procesamiento automático y controlado.

            Cuando una tarea es nueva o no ha sido bien aprendida realizamos un procesamiento controlado, toda nuestra corteza cerebral está concentrada en la realización de la tarea y eso requiere un esfuerzo. Cuando la tarea no es difícil o ya es conocida, podemos relegar esa función a sistemas automáticos realizando un menor esfuerzo. Es lo que ocurre con los conductores novatos, no permiten que se les hable mientras están conduciendo porque atender a la conversación les obligaría a relegar la conducción   a sistemas automáticos para lo que todavía no están preparados. Cuando la tarea es conocida y bien aprendida procesamos automáticamente y ello nos permite, por ejemplo, mantener una discusión en el coche mientras atendemos  automáticamente a la conducción. Experimentalmente se ha comprobado que los niños hiperactivos muestran un buen rendimiento en pruebas de procesamiento automático y peor rendimiento en aquellas que requieren esfuerzo, las de procesamiento controlado.  El niño hiperactivo parece tener más dificultades en adaptar una tarea a nuevas consignas y mantener un buen rendimiento cuando la tarea es compleja.

b) Dificultad en procesar varios estímulos de forma simultánea

            A este proceso se le llama atención focalizada y obliga al niño a seleccionar de entre los distintos estímulos que recibe, aquellos que son más relevantes para realizar la tarea.

            Se ha comprobado que el rendimiento de los niños hiperactivos es peor cuantos más estímulos irrelevantes presente  la tarea que se le ha encomendado (Zentall, 1985). Este aspecto puede ser muy relevante a la hora de diseñar materiales o actividades para estos niños. Es popularmente aceptado que un niño hiperactivo al que le cuesta mantener la atención debe disponer de un material muy motivante, lleno de  dibujos, colores y actividades. Sin embargo, debemos tener en cuenta que un exceso de estímulos irrelevantes, por motivadores que parezcan, puede dificultar enormemente su rendimiento.

c) Dificultad en distinguir los estímulos relevantes de los irrelevantes

            La siguiente investigación puede aclararnos este aspecto. Se entregó una baraja con figuras geométricas a un grupo de niños hiperactivos y se les pidió que clasificasen las cartas en montones atendiendo a la FORMA de las figuras ( estímulo relevente). La tarea debía realizarse en el menor tiempo posible.

            Cuando las cartas no presentaban estímulos irrelevante ( no cambiaban el color o la posición) los niños hiperactivos tuvieron el mismo éxito que los niños no hiperactivos. No obstante, si la baraja de cartas incluía estímulos irrelevantes ( distractores), como el que las figuras cambiasen de color, de posición o de  tamaño, los niños hiperactivos cometían muchos más errores. Esto indica que los niños hiperactivos dependen en mayor medida de las características de las figuras.

d) Dificultad para mantener la atención de forma continuada

             Se ha demostrado que los niños hiperactivos tienen peor rendimiento en las pruebas largas.

            La mayoría de las investigaciones constatan que los niños hiperactivos en comparación con los niños no hiperactivos no tienen más dificultades para concentrar su  atención en tareas simples, pero sí tienen dificultades para mantener este grado de atención durante períodos largos de tiempo. Este hecho hace referencia a dificultades en los procesos de  alerta y vigilia y en la incapacidad para inhibir la distracción en las tareas que demandan un procesamiento continuado. Para realizar estas investigaciones se utilizan tareas de vigilancia ( estar atento y alerta a un estímulo) y de tiempo de reacción ( tiempo que tarde en dar respuesta ante un estímulo). Los niños hiperactivos cometen más errores o tardan  más en responder a medida que transcurre el tiempo.
e) Dificultad para atender a estímulos que aparecen con una frecuencia lenta

             Los niños hiperactivos responden igual de bien que los no hiperactivos cuando la señal a la que tienen que responder aparece de forma rápida ( por ejemplo; 30 veces en un minuto) y cometen más errores cuando el estímulo aparece de forma lenta ( 3 veces en un minuto). Este descubrimiento reciente otorga una explicación razonable de por qué algunas investigaciones no constataban un deterioro en el rendimiento de los niños en  función del paso del tiempo. Muchas de estas investigaciones utilizaban una frecuencia de aparición de los estímulos rápida que no permitía discriminar entre hiperactivos y el rendimiento de los niños no hiperactivos.
f) Dificultad en aprender y recordar lo aprendido por procesar la información de forma más superficial

            La información es aprendida y recordada más fácilmente si ha sido procesada de forma significativa ( con sentido para nosotros) y durante un largo período de tiempo ( estudiándola varias veces); o cuando el niño establece una relación entre la información que quiere recordar y las estrategias que utilizó para aprenderla . Por el contrario, si la información ha sido procesada sin sentido ( de memoria), demasiado rápidamente ( en poco tiempo) o de forma desorganizada, se almacena  de forma temporal en la memoria inmediata y no llega a almacenarse en la memoria a largo plazo.

            Los niños hiperactivos utilizan para aprender estrategias simples, propias de niños normales mucho más pequeños. Por ejemplo, si se les pide que traten de recordar una lista de palabras, las procesan más por su sonido que por su significado. Esto puede explicar, en cierto modo, por qué cuando se comparan niños normales e hiperactivos no  se encuentran diferencias en las tareas de recuerdo inmediato, pero sí en las de recuerdo retardado ( a largo plazo).

g) Mayor sensibilidad a las variaciones del contexto o del ambiente de trabajo

            El rendimiento de los niños hiperactivos es mucho más susceptible a las modificaciones del entorno. Esto sucede tanto en el plano cognitivo como el comportamental y emocional.

            En el plano cognitivo ya hemos visto que se confunden más con la información irrelevante dispersándose y cometiendo mayor número de errores.

            En el plano comportamental, su comportamiento y su rendimiento es mejor si el profesor se encuentra presente en el aula que si está fuera, cometen menor número de errores si trabajan cara a la pared que si están sentados en torno a otros niños, se aceleran más si el ambiente es estresante ( ruido, colores, movimiento...) que si es tranquilo, etc.

            En el plano emocional, dependen en mayor medida de la aprobación de los adultos, son menos autónomos y más susceptibles de cambios de humor y actitud en función de la estabilidad emocional del hogar o de la clase.

h) Estilos de procesamiento cognitivo inadecuados para el aprendizaje escolar

            Los estilos cognitivos se refieren a la forma específica en que las personas perciben y procesan la información. No se considera una deficiencia, sino un estilo que puede facilitar o dificultar el aprendizaje y la percepción del mundo que nos rodea.

            Los estudios realizados con niños hiperactivos parecen determinar que este grupo de niños tiende a tener mayores dificultades escolares porque tienen estilos cognitivos ineficaces para el rendimiento escolar.

            Tres son los estilos cognitivos que nos interesan estudiar en los niños hiperactivos:

  • Si poseen un estilo cognitivo cognitivo impulsivo o reflexivo
  • Si poseen un estilo dependiente de campo perceptivo o independiente de campo perceptivo
  • Si poseen flexibilidad o rigidez cognitiva

Por lo general los niños hiperactivos tienen un estilo cognitivo impulsivo, dependiente de campo perceptivo ( es decir, su pensamiento es poco analítico) y cierta rigidez cognitiva. Veamos estas características con  más detenimiento.


  • El predominio del procesamiento impulsivo sobre el procesamiento reflexivo

Como hemos visto en el apartado dedicado al comportamiento del niño hiperactivo, la conducta impulsiva es fácilmente detectable. En este apartado nos referimos a la impulsividad cognitiva ( estilo cognitivo compulsivo), es decir, a la rapidez, inexactitud y pobreza en los procesos de percepción y análisis de la información de los niños hiperactivos cuando se enfrentan a tareas complejas. Como ya mencionamos anteriormente, esta impulsividad cognitiva no siempre está presente en los niños comportamentalmente  impulsivos.

            Antes de hablar de impulsividad cognitiva hay que aclarar un nuevo concepto que se denomina “impulsividad evolutiva”. Todos los niños evolucionan desde una impulsividad cognitiva propia de la inmadurez a la reflexividad cognitiva de la edad adulta. En el caso del niño hiperactivo, la evolución es más lenta, es decir, muestra durante mucho más tiempo un modo de pensar, de procesar la información impulsivo.

            Muchos adultos que fueron hiperactivos , con el paso de los años, dejan de comportarse como impulsivos. Hopkins y su equipo de investigadores (1979) comprobaron que, en la edad adulta, aquellas personas consideradas como hiperactivas, no mostraban una mayor rapidez al contestar a un problema ( latencia) que los adultos no hiperactivos, pero sí mantenían peor rendimiento que éstos. Este estudio nos hace reflexionar sobre la existencia de un déficit cognitivo que va más allá de la mera impulsividad y que se mantiene a pesar de las  apariencias. Los adultos del estudio de Hopkins parecían dedicar el mismo tiempo a observar la información, pero  ese tiempo no parecía ser aprovechado con la misma eficacia que las personas que no habían tenido síntomas de hiperactividad en su infancia. Algunos estudios sobre las implicaciones de la impulsividad cognitiva y la forma de pensar de los niños hiperactivos pueden traer algo de luz a este respecto.

            De estos estudios parece deducirse que los niños impulsivos tienen una forma de analizar la información y de procesarla que difiere de la de los niños reflexivos. La manera en que exploran la información visual los niños impulsivos es la siguiente:

-          Los niños impulsivos se detienen menos veces a  observar cada dibujo
-          Por lo tanto, recogen menos información que los reflexivos
-          Sus ojos recorren menos figuras
-          Realizan menos comparaciones entre las  figuras
-          En los juegos de asociación lógica de palabras cometen más errores
-          Para adivinar  cuál es un objeto adulto, hacen preguntas más simples que no les permiten eliminar un grupo de respuestas posibles.

Se necesitan más investigaciones en esta línea de trabajo para hacer más eficaces los programas de intervención.

  • El predominio del procesamiento global ( poco analítico) del niño hiperactivo

La independencia de campo perceptivo se refiere a la capacidad del sujeto para percibir independientemente de  la organización del campo perceptivo circundante, es decir, el grado en que la persona percibe una parte del campo visual ( por ejemplo, un dibujo) como un todo independiente, más que como una parte misma de ese campo.

Se puede definir la dependencia-independencia de campo perceptivo como el grado en que la persona percibe una parte del campo perceptivo ( varilla), como separado del contexto que lo rodea ( marco), en vez de hacerlo como si estuviera incluido en él, o , lo que es lo mismo, el grado en que la persona percibe de manera analítica.

Se sabe que los niños pequeños se muestran como dependientes de campo y evolucionan hasta un grado de independencia a partir del cual algunos sujetos se desarrollan como independientes de campo y otros dependientes.

Volviendo a los niños hiperactivos, muchas de las investigaciones revelan que en este grupo de niños es más frecuente encontrar niños que funcionan como dependientes de campo perceptivo ( respecto a su grupo de edad) que entre los niños no hiperactivos, entre los que la independencia de campo es más común.

Características asociadas a la dependencia de campo perceptivo


-          Los individuos dependientes de campo perceptivo suelen tener una menor especialización hemisférica
-          Perciben la información de manera más global y mucho menos analítica.
-          Poseen una menor capacidad para desenmascarar información encubierta o de estructurar y entender información poco organizada.  Por ejemplo, cuando el enunciado de un problema matemático no está estructurado, les resulta más difícil llegar a la solución correcta.
-          Les resulta más difícil y son más lentos en el aprendizaje de conceptos, sobre todo cuando la información aparece desestructurada o en le caso de que la información relevante se vea velada por la información irrelevante.
-          No suelen utilizar estrategias de contraste de hipótesis en el aprendizaje de conceptos. Utilizan estrategias de ensayo-error.
-          Por este motivo, sus estrategias de aprendizaje no son continuadas, no se detienen a pensar cómo lo hacen loas personas independientes de campo.
-          Muestran mayor dificultad en tareas de solución de problemas, cuando la solución depende de que se tome un elemento fuera del contexto en el  que se presenta y que se reestructure el material problema de tal forma que este elemento se use en un contexto diferente.
-          En pruebas en las que para llegar a la solución correcta deben establecer hipótesis, muestran menor rendimiento en codificación, decodificación y retención de la información.
-          Muestran mayor impulsividad y menor control personal.
-          Parecen menos capaces de manipular activamente el entorno circundante, mostrándose más pasivos en sus relaciones con el entorno.
-          Tienen más dificultades para autoevaluarse correctamente. Se muestran muy subjetivos en sus apreciaciones de lo que sucede, porque tienen dificultades para aislar lo relevante, de lo irrelevante, y lo subjetivo, de lo verdaderamente objetivo.
-          Por este motivo, muestran menor autonomía en las relaciones interpersonales. En las relaciones sociales utilizan mayor número de referentes sociales, es decir, son menos capaces de aislar las ideas, sugerencias y actitudes de los demás respecto de las suyas propias y por lo tanto resultan más fácilmente influenciables. Los individuos independientes de campo, por el contrario, serían en este tipo de relaciones más autónomos.
-          Como dependen de los demás en mayor medida, también tienen más propensión a aceptar de forma incuestionable las posiciones asumidas por la autoridad frente a un mayor sentido crítico y menor dependencia de la autoridad de los niños independientes de campo.
-          Por el contrario, esta situación les permite una mayor eficacia en la solución de problemas que requieren partir de claves sociales.


  • La falta de flexibilidad cognitiva en el procesamiento de la información

La flexibilidad cognitiva es la habilidad para cambiar rápidamente, y de forma apropiada, de un pensamiento o acción a otro de acuerdo con las demandas de la situación. La  flexibilidad cognitiva implica dos procesos: 1º frenar una respuesta activada ( inhibición de la primera respuesta), y 2º la habilidad para ejecutar una respuesta alternativa más adecuada a la situación ( activación de una nueva respuesta).


            Para resumir este complejo apartado sobre los estilos cognitivos, podemos decir que los niños hiperactivos reúnen características que en gran medida dificultan el  buen rendimiento intelectual: son dependientes de campo, es decir, poco analíticos, carecen de flexibilidad cognitiva y trabajan de forma impulsiva.

i) Dificultades para organizar la información

            Debido a las dificultades atencionales de los niños hiperactivos, una de sus características principales es la dificultad para organizar la información. Ya hemos comentado antes que los niños hiperactivos tienen problemas para discriminar la información relevante de la información secundaria, su impulsividad hace que tomen decisiones en función de datos pobres y la falta de flexibilidad cognitiva puede parcializar el procesamiento y la elaboración de la información. Por este motivo, su pensamiento puede parecer caótico y desordenado, y necesitan más pautas de organización del exterior y un seguimiento y refuerzo continuado.

j) Falta de estrategias de solución de problemas

            Los niños hiperactivos, como vimos al hablar de su estilo cognitivo impulsivo, aplican menor número y variedad de estrategias de solución de problemas. Por ejemplo, resuelven los puzzles cogiendo al azar piezas y funcionando por ensayo-error de una forma poco sistemática ( no prueban primero con una pieza todas las posibilidades ni la apartan para continuar el mismo proceso con otra), o resuelven  los problemas con los amigos siguiendo una única estrategia ( pegar, amenazar o chivarse), aunque ésta no resulte eficaz.

k) Dificultades de aprendizaje: ¿fracaso escolar?

            No todos los niños hiperactivos tienen trastornos de aprendizaje, ni todos los niños con trastornos de aprendizaje tienen problemas de hiperactividad. No obstante, los problemas de atención, la hiperactividad y la impulsividad dificultan el aprendizaje en todos los niños hiperactivos.

            Según desvelan investigaciones realizadas en los últimos años, entre el 60-80% de los niños con hiperactividad infantil tienen problemas académicos importantes ( Barkley, 1982), incluidos el fracaso escolar y un alto porcentaje de abandono de los estudios.

            Cuando no existen dificultades de aprendizaje específicas, es corriente encontrar en el niño hiperactivo un rendimiento insatisfactorio. Es decir, su rendimiento escolar puede ser suficiente como para aprobar, pero resulta insuficiente si pensamos en el nivel que debería tener en función de su capacidad intelectual. Este rendimiento más pobre puede pasar desapercibido en los primeros cursos de primaria y hacerse mucho más patente a partir del tercer curso, cuando la exigencia escolar es mayor.

            En el caso de los niños hiperactivos con un cociente intelectual alto, es frecuente que la falta de atención y la impulsividad se vean compensados, en gran medida, por su buena aptitud intelectual, pudiendo mantener un rendimiento escolar medio. En estos casos, suele sorprender que tras un rendimiento tan mediocre se esconda una mente mucho más despierta.

            ¿Cuál es el origen de estas dificultades de aprendizaje? Se están realizando numerosas investigaciones para responder a esta pregunta. Algunos resultados apuntan hacia los déficits que producen las dificultades en atención sostenida. En los niños hiperactivos, las dificultades en atención sostenida. En los niños hiperactivos, las dificultades de atención parecen reducir la capacidad para aprender algo mecánicamente. Por ejemplo, no parecen existir problemas de memoria en pruebas de memoria inmediata como repetir una serie de números ( Douglas, 1972), pero sí cuando las tareas requieren mantenimiento de la atención, repetición y memoria (August y Garfinkel, 1990)

Veamos a continuación algunas de las dificultades más frecuentes:

  • Dificultades en la comprensión y fluidez lectora

Además de los problemas de atención, los niños hiperactivos pueden tener dificultades de integración del lenguaje ( Narbona, 1997). De los niños estudiados por Love y Thompson (1988), dos tercios de ellos tenían dificultades de lenguaje.

            En relación con estos problemas de lenguaje, se calcula que cerca del 9% de los niños hiperactivos tienen más problemas de lectura de los que cabría esperar si tenemos en cuenta su capacidad intelectual y su edad.

            Muchos estudios revelan que los niños hiperactivos, igual que los niños con problemas en lectura no hiperactivos, tienen un cociente intelectual verbal inferior. Pero, además, se ha comprobado que si se compara dos grupos de niños normales e hiperactivos que tienen el mismo nivel intelectual verbal, las puntuaciones de lectura de los niños hiperactivos siguen siendo más bajas.

            Estos problemas de lectura parecen estar relacionados con las características propias del funcionamiento cognitivo del niño hiperactivo. Veamos algunos de los problemas lectores más frecuentes:

-          Los niños hiperactivos cometen frecuentes omisiones en la lectura. Se “comen” palabras o letras y sustituyen unas letras por otras.
-          Su comprensión lectora es deficiente. Los niños hiperactivos no tienen puntuaciones inferiores a los no hiperactivos en vocabulario, pero sí en comprensión lectora de textos largos. En la mayoría de los casos porque, debido a la impulsividad y a los problemas de atención, omiten palabras e interpretan mal el contenido de la lectura.


  • Dificultades en el cálculo y en la resolución de problemas matemáticos

Los niños hiperactivos tienen más dificultades en tareas matemáticas que los niños sin este problema y ello no se debe a  un nivel intelectual inferior o a dificultades de memoria. En los estudios que se han realizado con niños hiperactivos de igual capacidad intelectual, se observa un pero rendimiento en el grupo hiperactivo en tareas matemáticas ( Zentall, Smith, Lee y Wieczorek, 1993)

            Algunas de estas dificultades se reflejan a continuación:

-          No suelen tener dificultades cuando se trata de hacer cálculos matemáticos mecánicos, pueden ser buenos en cálculo mental o en multiplicar con cifras sencillas, pero encuentran dificultades para mantener la concentración en cuentas de varias cifras, sobre todo si tienen “llevadas”.
-          Son muy corrientes las dificultades en solución de problemas matemáticos. Estas dificultades pueden deberse a dos motivos:
o   Dificultades en pasar del pensamiento concreto al pensamiento abstracto. Cuando la hiperactividad viene asociada a inmadurez general, podemos observar dificultades para realizar operaciones abstractas. Estos niños pueden solucionar problemas matemáticos de igual dificultad que los niños no hiperactivos siempre y cuando se les enseñe a representar gráficamente los problemas matemáticos ( mediante un dibujo, por ejemplo) para poder así operar con datos concretos visuales o táctiles, reduciendo el nivel de abstracción necesario para su resolución.
o   Existen un buen número de niños hiperactivos que tienen una buena capacidad de abstracción y un buen desarrollo lógico matemático. Estos niños cometen errores en los problemas porque, debido a su impulsividad, leen demasiado rápido la información, saltándose datos relevante para la comprensión del problema.

En algunos niños hiperactivos, la relativa facilidad para realizar operaciones de cálculo automático puede hacerse que pasen desapercibidas sus dificultades en la comprensión lógica de las operaciones matemáticas más simples durante los primeros años de escolaridad. El niño puede sacar buenas notas en matemáticas en los dos primeros cursos de primaria cuando las operaciones de cálculo matemático se basan principalmente en la memoria y la automatización y los problemas matemáticos son sencillos de representar mentalmente.

En general, las dificultades en las pruebas matemáticas dependen de cada niño en concreto y pueden ser debidas a una combinación de factores como la lentitud de cálculo mental (Zentall y Smith, en prensa),  una menor rapidez visomotora, un estilo de procesamiento impulsivo, la falta de atención en las pruebas, dificultades de abstracción, malas estrategias de solución de problemas e incluso una mala calidad en la enseñanza de las matemáticas.


  • Dificultades de escritura y coordinación
Frecuentemente se ha asociado la hiperactividad infantil con problemas de coordinación motora. En la actualidad existen datos suficientes como para afirmar que los niños hiperactivos tienen déficits visomotores, tiempos de reacción motriz mayores ( necesitan más tiempo para dar respuesta motriz ante la aparición de un estímulo) y cometen mayor número de errores ( Zentall y Smith en prensa).

-          Los niños hiperactivos suelen tener dificultades en actividades de psicomotricidad fina: son torpes para ensartar, modelar con plastilina, colorear de forma controlada, servir la leche sin derramarla, tienen dificultades en abrir bolsas y paquetes prensados, en abrochar botones pequeños y hacer el lazo a los zapatos.
-          Escriben con dificultades. Su letra es mala, excesivamente grande o demasiado pequeña y frecuentemente desorganizada. Si se insiste, puede controlarla de forma adecuada, pero normalmente a costa de ejercer una presión excesiva sobre el bolígrafo. Al cargar  tanto, se cansan de  escribir y realizan este tipo de tareas con desgana. Además de estas dificultades, su pensamiento es mucho más rápido que su mano, lo que contribuye a empeorar la situación.
-          La escritura y la ejecución visomotora están influidas por una tercera variable, el mantenimiento de la atención que requiere la práctica, por tanto los niños  cometen más errores en función de la longitud de las tareas de copia (Zentall, 1993).

Dadas las dificultades que estos niños tienen para responsabilizarse del orden en su curato, es lógico que los padres busquen recursos que faciliten estas tareas: poner gomas en los puños del babi, utilizar chándal o pantalones de gomas que no requieren abrochar o desabrochar un botón para ir al baño, zapatillas de deportes con velcro, etc. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los niños deben practicar estas actividades durante las vacaciones y fines de semana, para que poco a poco puedan serles exigidas en la vida acelerada de todos los días. De otro modo, las dificultades en la motricidad fina se agravarán y se traducirán en una falta de coordinación manual que afectará a la escritura y dificultará en gran medida su adaptación escolar.


  • Dificultades perceptivo-espaciales

Las dificultades perceptivo-espaciales no se encuentran en todos los niños hiperactivos, pero sí en muchos de ellos. El test Guestáltico visomotor de Bender permite detectar aquellos niños cuyas alteraciones perceptivo-espaciales podrían reflejar una disfunción cerebral.


  • Dificultad para seguir instrucciones y mantener la motivación
En los últimos años se han realizado muchas investigaciones dirigidas a mejorar el rendimiento académico de los niños hiperactivos. De estos estudios se derivan datos muy interesantes:

-          Los niños hiperactivos mejoran el rendimiento académico si la presentación de la información se realiza de forma rápida
-          Tienen más dificultades en completar tareas cuando la información que se les da al principio es detallada que cuando es global
-          Rinden mejor en actividades novedosas libres de detalles irrelevantes
-          Su rendimiento mejora con la sola presencia de un adulto en la habitación, aunque éste no esté  prestando atención a la tarea que está realizando el niño.

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