sábado, 8 de enero de 2011

GUÍA PARA PADRES


1.  Acepte las limitaciones de su hijo. No piense que podrá eliminar la hiperactividad sino simplemente mantener un cierto control. La mejor ayuda para el hijo será su paciencia y moderación.
2.  No deben culpabilizarse ni culpar al niño.
3.  Procure que el niño pueda desahogar su exceso de energía con caminatas o deportes. No inicie juegos bruscos que puedan actuar como estímulo del comportamiento hiperactivo.
4.  Procure que su hijo juegue con un solo juguete a la vez.
5.  Las rutinas domésticas ayudan al niño a aceptar el orden. Mantengan en lo posible la regularidad en las horas de levantarse, comer, dormir y realizar sus deberes.
6.  El ambiente debe ser tranquilo. La televisión está mejor apagada o solo utilizarse en periodos breves concretos.
7.  Cuando un niño hiperactivo está agotado se descontrola y su comportamiento empeora. Trate de que su hijo descanse o duerma si está fatigado.
8.  Evite los lugares donde la hiperactividad del niño resultaría embarazosa, como restaurantes, iglesia, supermercados, etc. Gradualmente podrá introducir estas actividades al mejorar el dominio de sí mismo.
9.  Los niños hiperactivos toleran menos reglas que otros niños. Eviten comentarios continuos de "no hagas esto" o “estate quieto”. Pero hágale cumplir varias reglas claras, firmes e importantes, encaminadas sobre todo a que no se lastime o lastime a otros niños: la conducta agresiva (morder, pegar, empujar) no debe ser tolerada.
10.Repréndale con tono calmado (si le grita él hará lo mismo) y castíguelo en el momento si no hace caso. Nunca con castigos físicos sino mediante suspensiones temporales, aislado en una silla o habitación, durante un periodo breve (un minuto por año de edad).
11.Acuérdense de elogiarlo cuando su comportamiento es adecuado.
12.Anímelo ante los fracasos. Puede iniciarle a realizar algo que él haga correctamente para que se sienta satisfecho de sí mismo.
13.Si su hijo se siente aceptado seguirá teniendo una imagen positiva de sí mismo. Evite que lleguen a sus oídos comentarios como "es un niño malo" o “eres un burro”.
14.Enséñele a prestar atención gradualmente. Reserve varios periodos breves al día para leerle cuentos con muchas ilustraciones, colorear dibujos, hacer bloques de construcciones, rompecabezas, jugar al dominó o a emparejar figuras, siguiendo un orden creciente de dificultad. Recuerde que la capacidad de atención se amplía con la edad (aproximadamente calcule 5 minutos por año, o sea 25 minutos para un niño de 5 años). Algunas técnicas conductuales sencillas pueden resultar útiles con la misma finalidad, tales como concursos de mantener la mirada, juego del radar (consistente en fijar la mirada sobre los distintos contertulios durante el tiempo que intervengan en la conversación), ignorar las distracciones (enseñándole a no hacer caso de las distintas incidencias con que voluntariamente intentaremos distraerle de sus deberes) o cronometrar tiempos de estar quieto o haciendo tareas, siempre animándole ante los buenos resultados.
15.Colabore con ilusión con el pediatra, el maestro, el psicólogo u otros especialistas que fueran requeridos. Controlen la medicación y traten de ser objetivos en evaluar su eficacia.
16.De vez en cuando "desconecten" para relajarse. Para ello ambos padres deben compartir la atención y cuidado del niño. También puede ser útil contratar una canguro durante unas horas o alguna noche a la semana, o la asistencia a una guardería durante unas horas.
17.Solicite información acerca de grupos de ayuda mutua: compartir preocupaciones y experiencias con otros padres que tienen el mismo problema le resultará beneficioso (En Valencia.- APNADAH, teléfono 963 293 494).

2 comentarios:

  1. Si atendemos a su evolución en PREESCOLAR sus padres los describen como niños dificiles de manejar, activos, enérgicos con tendencia al rechazo de nueva estimulación, dificultades con los cambios en el ambiente. Son muy irritables, obstinados y caprichososo en relación con la alimentación y pueden mostrarse bastante agresivos.
    Las invetigacones sugieren que entre un 60-70 % de los niños en edad escolar identificados como hiperactivos eran marcadamente diferentes en sus conductascuando eran preescolares. El profesor es el más adecuado para determinar cuando el patrón comportamental refleja el desarrollo normal y cuándo no, ignorar estos signos en los últimos años de preescolar, puede ser un gran error.

    En el PERIODO ESCOLAR aparecen los problemas de comportamiento en clase. Recabando con su actitud la atencion del profesor, el cual centra su atención en él, hasta que este vuelve a implicarse ne la tarea. Así, el profesor tiende a focalizar su atención en las conductas inapropiadas más que en las adecuadas. De esta forma el profesor actúa como reforzador negativo: el niño reiniciara la tarea pero no mantendrá mucho tiempo en ella porque conoce la consecuencia negativa de esto: el profesor dejara de ocuparse de él, traduciéndose es escaso tiempo que permanezca trabajando en un bajo rendimiento académico, son descritos como maduros e incopetentes, pueden o no ser capaces de desarrollar habilidades sociales, aunque la mayoria presentan una baja competencia social, abocándoles al rechazo de sus compañeros. Los problemas de sueño que presentan en la etapa anterior persisten.

    Durante la ÚLTIMA INFANCIA persisten las dificultades para el estudio, la conducta disruptiva y la ausencia de amigos, contribuyendo a mantener baja su autoestima, incrementándose la probabilidad de padecer trastornos de tipo depresivo.

    ADOLESCENCIA, si bien la actividad motora ha descendido el déficit atencional, la impulsividad y la inquietud persisten. (Goldstein y Goldstein (1987) señalan que entre un 30-40 % de niños hiperactivos se ha involucrado al menos una vez en una conducta de tipo antisocial. Parece ser por tanto que los adolescentes con déficit atencional continúan teniendo problemas sociales, académicos y emocionales.

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  2. El papel de los padres resulta imprescindible para la recuperación del niño hiperactivo. Los padres representan la fuente de seguridad, los modelos a seguir, el reflejo mismo de lo que los hijos sienten que son, la base fundamental sobre la que construyen su propia escala de valores y el concepto de disciplina y autoridad. De los padres depende en gran medida, la mejor o peor evolución de la sintomatología que presenta el niño hiperactivo.

    Un niño hiperactivo necesita:

    - una familia con unas normas claras y bien definidas
    - Que representen una exigencia adaptada a la medida de sus posibilidades
    - En un ambiente ordenado y organizado
    - Sereno, relajante y cálido
    - Una familia que reconozca el esfuerzo realizado por el niño
    - Que le anime y contenga sin una sobreprotección excesiva
    - Que le ayude a situarse y organizarse
    - Pero sin dejarse manipular por sus caprichos
    - Manteniendo los límites educativos de forma racional, estable e inmovible.
    - Que le ayude a encarar los problemas y a encontrarles una solución sin encubrir innecesariamente sus faltas

    Para cumplir bien el papel que les corresponde los padres necesitan:

    - Un diagnóstico temprano de la situación en la que se encuentra su hijo/a
    - Información clara de qué es el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad
    - Información sobre el grado de afectación de su hijo
    - Tener presente que el problema tiene solución, pero que, de no tomar las medidas oportunas, irá creciendo en los próximos años
    - Disponer del asesoramiento adecuado sobre aspectos educativo generales
    - Recibir instrucción directa sobre el tratamiento general del niño y específica sobre las pautas de actuación para casa

    En manos de los padres está:

    - Coordinar el intercambio de información entre el neurólogo, el psicopedagogo y el profesor de aula
    - Proveer de un ambiente familiar estructurado
    - No activar al niño con su comportamiento
    - Poner límites educativos correctos, adecuados a la capacidad del niño
    - Favorecer la autonomía personal del niño
    - Crear buenos hábitos de estudio
    - Modelar conductas reflexivas
    - Reforzar su autoestima
    - Generalizar la utilización de autoinstrucciones
    - Favorecer el contacto controlado con otros niños

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